miércoles, 30 de noviembre de 2016
3.2 La batalla de los sistemas operativos
Actividad de lectura
pros en contra
GNU/Linux | -Posibilidad de manipular el código fuente - Más económico: porque muchos de los sistemas basados en LINUX son gratuitos - Mas fácil de actualizar y más seguros | Menos intuitivo:De todas maneras algunas distribuciones de Linux han mejorado este aspecto. - Menos controladores para periféricos - No se pueden ejecutar programas de Windows (la gran mayoría de los programas están escritos para Windows), además la mayoría de las aplicaciones se encuentran solo en inglés. |
Windows | -Gran cantidad de programas y juegos disponibles para Windows bastante popularizados (Age of Empires III, Adobe Photoshop CS5, Sony Vegas, etc.). -Hardware pensado y fabricado para ser utilizado en WIndows (como ciertas funciones específicas en placas de video, placas madre, notebooks, placas de red, Wi-Fi, etc.). | -Tener que utilizar un Antivirus ó Anti-Spyware para evitar pérdida de datos por vulnerabilidades en el producto final (este punto queda a criterio de cada uno ya que con Windows Defender y Security Essentials en Windows 7 dio un paso al frente y menos mal que son cosas gratuitas, pero por algo las crearon. |
Mac OS | Compatibilidad. Al conectar un periféricos (Impresora, cámara digital, etc) a la Mac, el SO lo detecta automáticamente y puedes usarlo sin ningún problema, me refiero a que no hay necesidad de instalar los drivers desde un CD.
La interfaz es intuitiva. Me refiero a que puedes hacer todo con muy pocos click en el mouse.
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martes, 29 de noviembre de 2016
domingo, 27 de noviembre de 2016
cuento evagd
El primer
beso
El viaje
estaba un poco aburrido. El auto se deslizaba adormecedoramente sobre el
asfalto Hirviente de la Ruta 14. Habíamos pasado Gualeguay y mi viejo, con la
mirada en la ruta y la frente plagada de gotitas de transpiración, seguía
buscando alguno de esos bares ruteros donde se consigue la anhelada Coca fría.
En la radio
del auto sonaban unos chamamés con interferencias, por las ventanas delanteras
abiertas entraba un aire caliente y húmedo, pero el bar no aparecía. Mi viejo
se vuelve a acomodar en el asiento, siempre mirando para adelante y silbando de
vez en cuando algún tango. Cómo silbaba tango mi viejo, yo no podía sacar ni la
décima parte de sus melodías, y eso que trataba de copiarle el silbido a cada
rato.
A mí la
remera a rayas ya se me había adaptado al cuerpo como una segunda piel y la
aureola de sudor debajo de los sobacos era imponente. Imposible dormir, aunque
podría decir que me desperté de un raro letargo al sentir que el auto viraba y
entraba en un camino de un pedregullo agreste y saltón. Al levantar la cabeza
veo el cartel: "Bar Espino". ¡Por fin la Coca Cola!
Quince
minutos después retomamos la ruta, con un par de botellas de una de las mejores
Cocas que recuerdo haber tomado, mi viejo silbando de nuevo y el asiento
recalentado del sol de la mañana. Me quemo el codo al apoyar el brazo contra la
puerta que arde. Faltaba poco para llegar a Barú, donde íbamos a lo de Yourdan.
Pero antes teníamos que visitar a un lejanísimo pariente de esos que no sé cómo
el viejo los conocía a todos.
Por mi
parte, me encontraba bastante incómodo porque siempre para mí las situaciones
eran dificilísimas: entrar simpáticamente a casas extrañas con gente
desconocida y simular que me acuerdo de todos y que me alegraba de verlos.
Antes de llegar ya contaba las horas para saber cuánto faltaba para irnos y
molestaba a cada rato a mi papá para tratar de achicar la estadía. En el fondo
me gustaba acompañarlo en sus viajes a Entre Ríos, era lindo bañarse y nadar en
los arroyos, andar a caballo o comer esos gruesos salamines caseros que nos
convidaban casi obligatoriamente en todas las casas de campo donde paráramos.
Pero lo que más quería era estar en mi casa en Caseros y reunirme con mis
amigos del barrio, terreno más firme y familiar.
Entre Ríos
era una gran sábana verde con un rayón gris azulado en el medio, aunque mirándolo
con más detenimiento también era un alambrado infinito, un chámame ruidoso y
mal sintonizado, el ruido del viento que se embolsaba en el auto, el reflejo
hiriente del sol en la ruta allá adelante, las vacas eternas pastando al
costado y la incertidumbre de casas siempre lejanas.
Otra vez
suena el pedregullo. Desaparece la ruta, atravesamos una tranquera abierta y paramos
bajo una fresca arboleda. Mi viejo se baja enseguida, yo lo sigo y caminamos
hacia la casa.
Unas
gallinas sueltas escapan entre cacareos, un par de perros ladran fuertes, papá
golpea las manos y allá desde el fondo se acerca un hombre alto y flaco con un
sombrero de alas anchísimas.
- ¡Ya va! dice
y al ver a los visitantes se le dibuja una sonrisa franca.
- Don
Carlos, cómo anda tanto tiempo.
El hombre
abraza a mi viejo y enseguida enfoca su mirada en mi persona (éste es Albertito
dice papá, y yo que ya estoy bastante incómodo, con eso sólo me ofendo, por qué
no dirá Alberto).
- Vos no te
acordás de mí, si la última vez que viniste eras así de gurí. Ahora ya sos un
hombre grande, ¿cuántos años tenés?
- Trece.
Respondo con
un temor totalmente fundado dado que yo solamente era un pre-adolescente callado
y solitario. Distinto sería si hubieran estado en ese momento mis amigos del
barrio, ahí sí le hubiera contestado con una seguridad desafiante.
Luego se
ponen a hablar entre ellos, casi como si no yo no existiera, y entre los
cacareos, los pájaros y el viento seseante entre las ramas oigo nada más que un
palabrerío intraducible pero por demás sabido y por sobre el murmullo la
"Z" intermitente del entrerriano, con ese acento que tanto conocía y
que después de tantos viajes casi se me había pegado.
Entramos a
la casa. Nos recibe una señora gordísima y rosada con un delantal exageradamente
gastado y una risa que parece una tormenta, como todas las risas de esas
matronas de campo, abierta y bonachona. Rápido se acercan las cuatro hijas para
saludar a los porteños.
El hombre
nos presenta a las nenas (14, 15, 17 y 20 años) y cuando me toca el turno de
darles el beso protocolar me miran con una picardía que por supuesto captaba
pero me servía nada más que para sentir una timidez que decididamente me superaba.
Ni decir que hubiera querido desaparecer inmediatamente.
Trato de
protegerme, sutilmente me ubico por detrás de mi padre, miro a las paredes de
la casa, de barro y adobe bien firme, pero es inútil: Marita, la menor, me mira
y se ríe. Qué hacer en esta situación, entre el olor y el vapor del guiso que
marcha y mi viejo dispuesto a quedarse para el almuerzo, qué hacer si no quedar
totalmente paralizado e inmóvil?. Para mejor mi papá ahora me mira con un dejo
de desagrado por mi actitud descortés y poco comunicativa. Y bueno, habrá que aguantar,
faltan nada más que cinco horas y media para que se hagan las seis de la tarde,
hora en que el viejo me prometió que nos íbamos.
- Vamos a
comer un pavo, y de paso probamos la escopeta nueva
Dice el
entrerriano. Entonces trae de la pieza un rifle nuevito, lustrado y con mira
telescópica.
Salimos de
nuevo al patio y otra vez pierdo el hilo de la charla.
- Cuál le
gusta Don Carlos?
Observamos
lentamente el entorno, hay un galpón lleno de herramientas, un sulky despintado
de azul, al lado un tractorcito y gallinas, perros y árboles por todos lados.
Al fondo, detrás de un bebedero se ven unos diez o quince pavos gigantescos,
que no parecen percibir el asesinato inminente.
El hombre se
apoya en una de las barandas del sulky, prepara el rifle y apunta. Se produce
un ruido seco y de repente la arboleda calla, las gallinas y los pavos corren
en desbandada, los pajaritos parecen haber desaparecido mágicamente. Allá,
donde estaban los pavos, queda sólo un cuerpo tendido. Nos acercamos y vemos
que se trata de la víctima, imposible identificarla ya que el balazo le voló la
cabeza limpita. Llevan el cadáver a la cocina, la doña lo pela en dos minutos y
lo mete en una olla.
Mientras se
cocina vuelvo a la insalubre actividad de responder a preguntas
complicadísimas, como qué estudio, cómo está mi mamá, si me gusta el campo y
qué lindos ojos que tengo. Menos mal que enseguida todos se sientan, charlan
animosamente y se bajan una botella de aperitivo Marcela.
Otro enigma
indescifrable para mí era imaginar cómo hacía el viejo para tomar semejante
brebaje amargo sin hacer una sola arcada.
Marita
charla con la madre y ayuda a poner la mesa. Mientras tanto, yo trato de
esconderme de su vestido floreado y livianito, que pasa cerca y amenaza tocarme
en cualquier momento. ¿Qué hora es? Uy, todavía faltan como cinco horas para
irnos. Una eternidad.
Llega la
hora del almuerzo, me como una pata del pavo con papas, los grandes toman vino y
el resto bebemos un jugo de naranja bastante aguado y medio tibio. Pero el pavo
está buenísimo
Por suerte
mi viejo charla hasta por los codos, con lo que zafo de seguir respondiendo con
monosílabos mentirosos y onomatopeyas evasivas. De postre, unas naranjas y
manzanas. Termina la comida, papá enciende uno de esos asquerosísimos cigarros
que compraba por kilo en Once, y se viene el desastre total: Marita me invita a
jugar afuera. Socorro! (Pero papá, no te das cuenta por lo que estoy pasando,
porqué no me salvás? Vámonos ya!).
Cuando suena
la voz de pito de Marita invitándome mi viejo me mira serio.
- Andá
gurisito, que acá te vas a aburrir.
En la mirada
me doy cuenta de que no es una propuesta, sino una orden estricta y de
cumplimiento
obligatorio. Así que no queda más remedio que salir al patio. Y bueno, la vida
es así,
de vez en
cuando es necesario jugarse entero.
- Vamos al
galpón. Dice Marita.
Así entramos
a uno de esos galpones camperos con ese maravilloso e inovidable olor a maíz
mezclado con
bosta de caballo y grasa de carro. Comienza por mostrarme los conejos del
corralito
del fondo y
rápidamente ordena:
- Te juego
una carrera!
Y sale
disparada hacia el campo. Yo sigo atrás, pensando continuamente qué le digo a
esta
entrerrianita
rubia como el trigo que de ninguna manera pierde esa sonrisa picarona. Nos
internamos
en el
maizal, de plantas altas que superan ampliamente nuestra propia altura,
distribuidas en una
simetría
casi perfecta y con piso de chalas secas y crujientes. No sé cómo pero ahora me
encuentro
perdido en
medio del maizal, con Marita al lado y acercándose peligrosamente.
Sin dejar de
mirarme se aproxima cada vez más y a mí me empiezan a zumbar los oídos, se
me nubla la
vista, pierdo la noción del tiempo y el horizonte es nada más que su cara que
me está por
atrapar.
Como entre sueños percibo que me agarra de un brazo y siento que su boca
blandita se apoya
contra la mía
sigilosamente: Ayayay, me está besando!
Creo que el
beso duró unas cuatro horas aunque en realidad habían pasado un par de
segundos,
pero lo que sí puedo asegurar es que en el campo se hizo un silencio y un vacío
espantoso,
quería
correr despavorido pero estaba clavado al suelo, quería gritar algo pero estaba
mudo. Marita
se separa un
poco, me vuelve a mirar y enseguida arremete de nuevo, pero esta vez con la
boca un
poco
abierta. Yo, que sigo inmovilizado, no puedo hacer nada para detenerla, pero en
ese momento
siento que
el nudo que tenía en el estómago se deshace y deja lugar a una sensación
inédita e
indescriptible,
se me llenan los pulmones de aire y al sentir la humedad de su saliva en mi
boca me
embarga una
felicidad desconocida.
Después,
noto que saca un poquito su lengua que se va internando tímidamente y recorre
mis
dientes y
llega a tocar la mía. Ahora estoy sobrevolando el maizal, escucho claramente el
griterío de
los odiados
loros que destruyen los marlos incipientes. El cielo y sus dos ojos cerrados
son la misma
cosa. El
pelo rubio que me toca en las mejillas son las plantas de maíz vistas desde
arriba. Atrapo los
dos brazos
tibios de Marita con mis manos y la beso suave pero firmemente. Así que esto
era besar.
En las dos
horas que siguieron caminamos por el campo, me empezaron a salir las primeras
frases
medianamente coherentes del día, e intentaba besarla cada dos o tres pasos, y
lo lograba!.
Cuando
atravieso su cintura con mi brazo me doy cuenta que por primera vez toco un
vestido de
mujer, y
encima con una mujer adentro. Esto era realmente increíble, no veía la hora de
volver a
Caseros para
contarles mi extraordinaria aventura a mis amigos, se iban a morir de envidia,
aunque
Walter y
algunos otros ya tenían novia.
Qué rápido
se me pasó esa tarde, casi sin darme cuenta siento los gritos del viejo que me
llama para
retomar el viaje. Marita y yo nos miramos, nos damos el último beso y volvemos
a la
realidad del
patio - gallinero. Ahora siento una mezcla de euforia triste, probablemente no
la vea por
mucho
tiempo, o nunca más. Qué aventura fabulosa, cuántas oportunidades tiene uno en
la vida de
sentir en
una misma tarde, pánico, felicidad, amor, tristeza, y todo eso en solamente dos
o tres horas.
Nos
despedimos de todos, yo con una postura desconocida en mí saludo cordialmente a
la
señora y a
su esposo, me despido de las chicas con una sonrisa y subimos al auto. Mi viejo
me vuelve
a mirar,
pero ahora con un gesto de extrañeza y tratando de indagar a qué se debió este
cambio.
Acomoda en
el asiento de atrás la intomable botella de Aperitivo Marcela que le regaló el
pariente,
arranca y saludando con las manos salimos de la arboleda. Otra vez la cinta
asfáltica, las
alambradas,
las vacas que se mantienen en el mismo lugar que las dejamos hace unas horas,
la radio
local que
sigue con interferencias, y el sonido del espectacular silbido de mi viejo que
ahora interpreta
"Canaro
en París". Sin sacar la vista de la ruta me dice:
- Viste que
te dije que nos íbamos a las seis y nos fuimos a las seis?. No te podés quejar
eh, gurí?.
Yo, tirado
contra el respaldo de la butaca y con un aire canchero de hombre mayor ya realizado,
le contesto:
- Sí papá,
pero, cuándo volvemos?
Ay
Albertito, quién te entiende.
martes, 22 de noviembre de 2016
2.2 características
Comprueba lo aprendido
Actividad de Lectura
¿Genera dinero el software libre? , ¿De qué viven los que se dedican a su desarrollo para después cederlo gratuitamente?
Generalmente se entiende que es gratuito. Pero a nuestro entender si, se puede generar dinero gracias al trabajo. Obtienen cierto beneficio de su creación
3.4 Disco Duro
Reflexiona
¿Te has fijado en las unidades que usan al hablar del disco SATA? En el disco SATA la información se transfiere a 1.5 gigabits por segundo y nos dicen que equivale a 192 MB/s
1.5 gigabits x 1024=1536 megabits. Como un byte son 8 bits, 1536/8=192 megabytes
3.3. Memoria RAM
Reflexiona
A veces nos intentan vender equipos con procesadores muy rápido y con varios núcleos y sin embargo con poca RAM
¿Qué crees que pasará en estos casos?
El procesador estará inactivo para recibir datos. Es como si tienes todo para hacer una receta pero debes estar esperando los ingredientes.
Comprueba lo aprendido
domingo, 20 de noviembre de 2016
1. Hardware
Comprueba lo aprendido
Reflexiona
Hardware Basico CPU-RAM -Fuente de alimentación-Disco duro
Hardware Complementario Monitor-Ratón- Impresora- Tarjeta de sonido- Grabador de DVD
unidad 3
tema 1: equipos y arquitectura
reflexiona
Los teléfonos móviles han añadido a su función primaria (mantener una conversación telefónica), posibilidades como escuchar música, realizar fotografías, ver la televisión o navegar por internet. Además, incluyen el uso de programas y aplicaciones informáticas gracias a sistemas operativos especiales.
Los reproductores multimedia, que surgieron gracias a la aparición de la memoria flash, han ido incrementando sus prestaciones a medida que ha aumentado la capacidad de almacenamiento. Así, ya es posible ver películas o almacenar cientos de discos musicales.
Las videoconsolas también se han mejorado su capacidad de almacenamiento y su conectividad ofreciendo incluso conexiones ethernet y Wi-Fi. Disponen de dispositivos como lectores de DVD o Blu-ray y lectores de tarjetas.

Los navegadores GPS pueden recibir señales de los satélites mediante un software específico y pueden interpretar la cartografía de varios países.
reflexiona
Los teléfonos móviles han añadido a su función primaria (mantener una conversación telefónica), posibilidades como escuchar música, realizar fotografías, ver la televisión o navegar por internet. Además, incluyen el uso de programas y aplicaciones informáticas gracias a sistemas operativos especiales.
Los navegadores GPS pueden recibir señales de los satélites mediante un software específico y pueden interpretar la cartografía de varios países.
La PDA es un miniordenador personal que ha superado su función inicial de agenda electrónica. Dispone de hardware y software específico y puede realizar la mismas aplicaciones que un ordenador.
Los tables PC son una evolución de las PDA y su futuro es convertirse en ordenadores portátiles. A veces se consideran dispositivos de entrada similares a las tabletas digitalizadoras, puesto que utilizan un estilete como señalizador, o como dispositivos de entrada/salida, ya que son similares a las pantallas táctiles. Sin embargo, tienen la estructura de un ordenador.
martes, 8 de noviembre de 2016
jueves, 3 de noviembre de 2016
miércoles, 2 de noviembre de 2016
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